viernes, 22 de junio de 2007

Trabajo: encuestadora telefónica

Bueno, estuve mirando trabajos pero no veía ninguno que me interesara lo suficiente. Buscaba trabajos sencillos y temporales. Nada. Entonces vi uno que no estaba mal. Era de encuestadora teléfonica, seis horas al día durante una semana. Me apunté. A la media hora me llamaron. Había que ir a la ETT al día siguiente a firmar el contrato y trabajar aquel mismo día. Lo hice pero al ir a la ETT me dijeron que no era una semana sino tres y seis horas y media. Bueno, ya estaba allí y me hacía falta dinero así que acepté. Nerviosa porque sabía que tres semanas no las iba a aguantar. Son trabajos super monótonos y encima te escuchan las llamadas y siempre te están diciendo "esto así no, esto así sí" pero pensé que sólo una semanita la podría aguantar y era un dinero, luego buscaría otro trabajo de parecidas características y así a seguir. LLevaba tres euros en el bolsillo, el bolso lleno de papeles y muchas ganas de salir de casa, de hacer algo de una vez. Pero luego ves lo que es, lo que te ofrecen y chica para eso mejor te quedas en casa. Desde luego lo que tengo claro es que yo necesito algo de dinero para mi y también necesito salir a hacer algo por la vida. Porque ya me di cuenta de que esto no se puede cambiar así como así, no puedes ir chillando por la calle ni metiendote con la gente porque no te van a hacer caso. Ellos ya entraron en el círculo vicioso de trabaja, compra, compra, trabaja, casa, coche, hijos, frivolidad, conversaciones estúpidas y así es la gente. No toda, claro. Bueno, hay matices. Pero casi todos han entrado en el círculo. Desde que nacio Dani mis objetivos han empezado a ser otros. Quiero mejorar mi vida no la vida. Hacer más agradable y mas llevadero el día a día con David y con Dani. Ver a mi hijo feliz y estar bien. Los demás que hagan lo que quieran. También me gustaría seguir escribiendo mis cuentos y llegar a publicarlos algún día para que la gente los lea y pasen un rato agradable. Cuentos que hagan pensar un poco y porqué no que despierten una sonrisa. El caso es que yo necesito dinero porque estoy harta de ver libros super interesantes que no puedo comprar, de ver juguetes para Dani que tampoco puedo comprar, de tener que llevar el pelo siempre a la virulé cuando en la peluquería podrían hacerme un apaño por no mucho dinero, de tener sólo tres bragas, de no poder entrar a tomarme un café y escribir y fumar y fumar. Está ese deseo y así funciona la cosa. Pero es que no hay nada mejor que sucumbir a ese deseo. Son ilusiones también. Entonces me fui al trabajo. Sólo pude comer un sandwich y un café en un Rodilla. Cuando terminé mi jornada salí aturullada, loca por un cigarro que me mareó por el vacío en el estómago pero con alegría: había hecho algo por la vida y había ganado dinero. Es lo que tiene tomar Risperdal. Pero yo estoy feliz. Eché mucho de menos a Dani y estuve preocupada por David pero bueno. Luego vino otro día y luego ninguno más porque no aguanté. ¿Qué hago yo metida en una oficina seis horas y media haciendo una encuesta tras otra a gente que (la mayoría) no quiere hablar conmigo? Nada, chica que no. Pudiendo estar con mi hijo jugando o leyendo algo bonito o creando que es lo que más me gusta. Me costó un montón conseguir que me firmaran el parte de horas para que así me pagaran esos dos días pero al final lo logré y dentro de diez días tengo el cheque. Y ahora sigo buscando....

viernes, 15 de junio de 2007

Trabajo: aforadora-contadora de viajeros

Ya había decidido que en Septiembre iba a sacarme Historia. Así que llamé al instituto y me informé de la fecha del exámen. Estuve estudiando dos días a mi ritmo (la medicación que tomo- un neuroléptico llamado Risperdal- no te permite estudiar muchas horas seguidas. Te anula la capacidad de motivación y de concentración) por lo que tuve que ir poco a poco y haciendo descansos cada media hora. Entonces me llamaron. Eran tres horas en la mañana contando viajeros. En total 18 euros. Dije que sí y al día siguiente me levanté a las 5:30 de la mañana para estas allí a las 7:00. Había que apuntar el número del luminoso, el número de matrícula y los viajeros que entraban y salían. Vale, sólo eran tres horas, no demasiado lejos de mi casa y un trabajo sin apenas presión. No tuve ningún problema. Luego, al salir, estaba lloviendo y me empapé. Tenía que ir a Salud Mental a pedir cita con Lola (una enfermera que también habla con los "locos") y luego operaban de una hernia a David (mi pareja). Daniel (mi hijo) estaba con la hermana de David. La operación salió bien y yo pillé un buen catarro. Estuve con Codeina para la tos. La cual me dejaba como en una nube. Me pareció que el efecto era parecido al del Tranxilium. La verdad es que entre el Risperdal, la Codeina y el antihistamínico (también tengo alergia al polen) estaba como una auténtica zombie. Pasaron unos días de mucho trajín pues David no podía ayudarme en las cosas de la casa y el niño es un terremoto. Así que drogada y constipadísima estuve sin parar pero al mismo tiempo,a veces, me quedaba parada, con la mirada perdida en el infinito, pensando en alguna canción o en la forma de encontrar mi camino sin hablar muy alto. Como siempre, no encontré respuesta así que seguí sin parar y drogada y constipada hasta el próximo descanso de miradas perdidas y búsqueda de respuestas. Lo hago muchas veces, en algunas ocasiones, por la noche, antes de caer dormida, así, de repente y sin darme cuenta, como una enferma terminal. Pero nunca hallo nada que me indique el camino para encontrar lo deseado. Claro que con mi historial apenas hay salidas. He pensado en hacer trabajos de días sueltos y a poder ser de no muchas horas ni mucha presión pero estas cosas no se encuentran a menudo ni fácilmente. Los días que David estuvo enfermo no pude estudiar y ahora que ya puedo parece que no me dan ganas pero bueno.